Al parecer, la primera quiso dar un paseo por Nueva Orleans, mientras que la segunda, por no quedarse atrás, quiere ir más allá y amenaza la ciudad de Houston. Como lo comenté en un post anterior, el clima está cambiando y no podemos tapar el sol con un dedo.
El efecto invernadero, el calentamiento global, la destrucción de la capa de ozono son causas de nuestra imprudencia en la búsqueda del desarrollo y están produciendo este tipo de desarreglos en la naturaleza: el aumento de los huracanes.
Quiero compartir con ustedes un artículo muy interesante que leí de la página 'Tierra América'. Espero sus comentarios.
Años para medir costo ambiental de Katrina
Por Stephen Leahy *
Desaparecieron 52 kilómetros cuadrados de pantanos, pesquerías enteras y una gran cantidad de islas cercanas a las costas del golfo de México. Los efectos de la tormenta se sentirán por 15 años, dicen científicos.
TORONTO.- Los daños del huracán Katrina en Estados Unidos podrían ascender a más de 200 mil millones de dólares, pero los expertos afirman que llevará años calcular el costo ambiental.
El poderoso huracán acompañado de olas de hasta seis metros de altura, inundó el 29 de agosto 230 mil kilómetros cuadrados en los estados sudorientales de Louisiana, Mississippi y Alabama.
Además, alteró las líneas costeras, exterminó las riquezas pesqueras, destruyó 1,75 millones de hectáreas de bosques y dejó una mezcla tóxica de aguas servidas, residuos y derrames de petróleo en la ciudad de Nueva Orleans y en muchos otros lugares.
"Es imposible colocar personal en el terreno para medir el alcance de los daños", dijo Clint Jeske, biólogo del Centro Nacional de Investigación sobre Pantanos, con sede en Lafayette, Louisiana.
Hasta hace muy poco, todos los barcos y aviones disponibles estaban destinados a las tareas de rescate, y ahora por cuestiones de seguridad el acceso a las zonas afectadas está restringido, dijo Jeske a Tierramérica.
Sin embargo, imágenes satelitales muestran que han desaparecido al menos 52 kilómetros cuadrados de pantanos y una gran cantidad de islas cercanas a las costas del golfo de México. Algunas de esas islas son refugios de especies silvestres y de aves migratorias que pasan el otoño y el invierno boreales en México, América Central y América del Sur.
"Las aves marinas estaban camino al sur, probablemente fueron muy afectadas por la tormenta", dijo Jeske.
En la inundada Nueva Orleans difícilmente quede algún ave con vida. La única que Jeske vio cuando participaba en tareas de rescate había sido "muy castigada".
"Fue muy raro ver una paloma cayendo del cielo al agua", dijo. Las que puedan haber sobrevivido están hambrientas o enfermas por beber agua contaminada, sostuvo.
Millones de litros de las aguas tóxicas que inundan la ciudad están siendo bombeadas al cercano lago Pontchartrain, con total conocimiento del daño que se ocasionará a la vida marina. El Departamento del Ambiente de Louisiana prevé que morirán grandes cantidades de peces, pero respalda completamente la medida.
El lago Pontchartrain es en realidad un gran estuario que se abre al golfo de México, por lo cual existen temores de que los contaminantes afecten a las especies marinas.
Nueva Orleans no sólo es un gran puerto y proveedor de 30 por ciento de alimentos de origen marino del país, sino uno de los mayores centros petroleros y petroquímicos del mundo.
Con unas 140 grandes refinerías y plantas químicas, la zona produce casi 30 por ciento del petróleo estadounidense, 20 por ciento del gas natural y una gran porción de sustancias químicas, incluso fertilizantes.
"No podría elegirse un lugar peor para que lo golpee un huracán", dijo el director del Instituto de Ecología de la Universidad de Georgia, Alan Covich.
Katrina fue una tormenta tropical excepcional, con poderosos vientos y enormes olas, sostuvo Covich, quien ha estudiado los efectos de los huracanes en el ambiente.
"En Estados Unidos no hubo antes una tormenta de esta escala", dijo Covich a Tierramérica.
Según la Guardia Costera, se perdieron 26 grandes plataformas petroleras en el golfo de México y otras 20 sufrieron daños graves.
Una cantidad no establecida de refinerías y fábricas químicas, tanques de almacenamiento y buques tanque fueron afectados, al igual de miles de kilómetros de gasoductos y oleoductos.
Hasta ahora se han identificado dos grandes derrames de petróleo. Uno de ellos, de 13,5 millones de litros filtrados de los tanques de almacenaje de una refinería, ha contaminado gran parte de la ciudad de Chalmette y de los pantanos circundantes.
Depósitos perforados por el huracán en la boca del río Mississippi dejaron escapar 12 millones de litros de crudo en las zonas pantanosas del golfo de México, según el Departamento del Ambiente de Louisiana.
Probablemente hayan ocurrido otros derrames de petróleo, gasolina, diesel y sustancias químicas en la zona, pero hasta que no se retiren todas las aguas es imposible saberlo.
La mayoría de los científicos no puede realizar trabajos por su cuenta debido a restricciones impuestas por el ejército, dijo Covich.
Funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental (EPA son sus siglas en inglés) han efectuado estudios limitados, sin hallar en las muestras de aguas de Nueva Orleans más contaminantes que altas concentraciones de bacterias y de plomo.
Los resultados sorprendieron a la mayoría de expertos, pero EPA advirtió que los datos eran preliminares. La agencia es objeto de críticas por haber demorado dos semanas en publicar esos resultados y por no haber hecho públicos los muchos reportes de daños y derrames que recibió de las empresas químicas y petroleras.
"Me sorprende que la EPA no esté haciendo más. La recuperación económica está atada a la recuperación ambiental de la región", dijo Covich.
El experto se mostró preocupado porque el gobierno federal no asumió el liderazgo de una rápida evaluación científica de los daños ambientales.
"Hay una amplia variedad de impactos ambientales por la tormenta", señaló el director del GeoResources Institute de la Universidad Estatal de Mississippi, David Shaw.
Aunque ese estado no tiene tanta superficie inundada como la vecina Louisiana, soportó lo peor del huracán y de las olas, que dejaron montículos de residuos de 4,5 metros de altura a lo largo de sus costas.
"La eliminación de los escombros es un problema importante", dijo Shaw a Tierramérica. La quema ha sido prohibida para evitar peligros de incendios, ante la sequía existente y los millones de árboles caídos.
Las playas no existen. Una delgada capa de lodo cubre todas las superficies hasta varios kilómetros tierra adentro, y gran parte de las napas subterráneas están contaminadas tanto por el ingreso de aguas salobres del mar como por bacterias, agregó.
Se han reportado peces muertos en lagos y ríos, y las pesquerías enteras del golfo de México pueden haber sido exterminadas. Embarcaciones y puertos han sido destruidos, así como los criaderos de ostras y camarones.
"Sentiremos los efectos de esta tormenta por 15 años", sostuvo Shaw.
* El autor es corresponsal de IPS.