La Oroya es una ciudad que está muriendo lentamente producto de la contaminación ambiental. Los gases tóxicos son lanzados al ambiente sin ningún control y es tanto el mal que están produciendo en esta zona que, con sólo pasar por ahí, uno siente una picazón en la garganta y termina con una sensación metálica en la boca. Es lamentable la falta de control por parte de las autoridades y es algo que se debe denunciar urgentemente. Este comentario lo ampliaré más adelante con mayor información.