El 10 de octubre fue un día muy importante para el Perú, tras ser elegido nuevamente miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En ese contexto, es importante destacar la labor que cumplió la diplomacia peruana, que ha puesto una vez más a la política exterior de nuestro país en un lugar privilegiado dentro de las relaciones internacionales.
El Perú ha ganado prestigio y eso es algo que se debe resaltar, tal como lo señaló el Canciller Óscar Maurtua de Romaña en una entrevista que concedió al programa 'Presencia Nacional' de canal 7: "Consejo de Seguridad da poder, prestigio. Eso, obviamente, se refleja en que (nuestro país) tendrá que ser consultado, tendrá que ser convocado, su opinión se repotencia. Tenemos un derecho, tenemos un voto como miembro ordinario de las Naciones Unidas, pero integrar el Consejo de Seguridad es llegar a la 'elite'."
Por otro lado, el 13 de octubre, el Congreso aprobó la Ley General del Ambiente, marco legal que pretende proteger -valga la redundancia- nuestro medio ambiente de los problemas de contaminación que afectan a varias regiones del país. Es así que, al interrelacionar estos dos hechos, quiero resaltar algo que me parece muy interesante:
El 23 de octubre, el diario 'El Comercio' público un artículo del Representante del Perú ante la ONU, Embajador Oswaldo de Rivero Barreto, quien destaca la gran labor que cumplieron los diplomáticos peruanos para obtener los votos necesarios y que permiten a nuestro país ser una vez más miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, hay una precisión muy importante que realiza este diplomático, la cual está ligada a la preocupación de la diplomacia peruana por el medio ambiente mundial.
A continuación, comparto con ustedes partes del texto de este artículo titulado "El costo-beneficio de un asiento en la ONU":
En ese contexto, es importante destacar la labor que cumplió la diplomacia peruana, que ha puesto una vez más a la política exterior de nuestro país en un lugar privilegiado dentro de las relaciones internacionales.
El Perú ha ganado prestigio y eso es algo que se debe resaltar, tal como lo señaló el Canciller Óscar Maurtua de Romaña en una entrevista que concedió al programa 'Presencia Nacional' de canal 7: "Consejo de Seguridad da poder, prestigio. Eso, obviamente, se refleja en que (nuestro país) tendrá que ser consultado, tendrá que ser convocado, su opinión se repotencia. Tenemos un derecho, tenemos un voto como miembro ordinario de las Naciones Unidas, pero integrar el Consejo de Seguridad es llegar a la 'elite'."
Por otro lado, el 13 de octubre, el Congreso aprobó la Ley General del Ambiente, marco legal que pretende proteger -valga la redundancia- nuestro medio ambiente de los problemas de contaminación que afectan a varias regiones del país. Es así que, al interrelacionar estos dos hechos, quiero resaltar algo que me parece muy interesante:
El 23 de octubre, el diario 'El Comercio' público un artículo del Representante del Perú ante la ONU, Embajador Oswaldo de Rivero Barreto, quien destaca la gran labor que cumplieron los diplomáticos peruanos para obtener los votos necesarios y que permiten a nuestro país ser una vez más miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, hay una precisión muy importante que realiza este diplomático, la cual está ligada a la preocupación de la diplomacia peruana por el medio ambiente mundial.
A continuación, comparto con ustedes partes del texto de este artículo titulado "El costo-beneficio de un asiento en la ONU":
"Para ser elegido al Consejo de Seguridad se necesitan los 2/3 de los votos de la Asamblea General de la ONU, unos 124 votos. La masa crítica de estos votos se encuentra en las manos de los cuarenta pequeños estados-isla del Pacífico, del Índico y del Caribe y en las de los 53 Estados del África. El problema para conquistar estos votos, en el caso del Perú, era que no teníamos embajadas en los pequeños estados- isla ni tampoco en la gran mayoría de los países del África.
Ante esta situación, la única estrategia realista y segura era una 'blitzkrieg' diplomática en Nueva York, donde todos estos 93 estados tienen embajadores ante la ONU, y completar esta rápida acción en Manhattan con cartas del presidente del Perú a jefes de Estado de esos países y además mandando un enviado especial tanto a la cumbre anual que tienen los pequeños estados-isla, como también a los países africanos importantes. La campaña en Nueva York se convirtió en un acercamiento diplomático constante con cada embajador isleño y africano. Para sustentar la legitimidad de nuestra candidatura y lograr que depositaran su voto en favor del Perú hubo que fundamentar que sus países y el nuestro tienen intereses comunes.
Frente a los pequeños estados- isla el interés común con ellos fue fundamentado en nuestra fragilidad ecológica. Sufrimos como sufren ellos el cambio climático del planeta originado por los gases de efecto invernadero lanzados por los países industrializados. Ellos sufren huracanes cada vez más intensos; nosotros, desde 1980, fenómenos de El Niño, más destructivos. Para ellos, el nivel de las mareas sube por el derretimiento de las capas polares, poniendo en peligro su existencia como estados- isla. Para nosotros los glaciares de los Andes van retrayéndose haciendo peligrar la cantidad vital de agua disponible para la población peruana.
Para consolidar científicamente este interés común obtuvimos un reciente estudio del Pentágono que pronostica que el cambio climático afectará la seguridad internacional porque habrá conflictos por el agua, la energía y los alimentos; muchos refugiados ecológicos por los huracanes; desaparición de islas y sequías seguidas de hambrunas. Todo esto se efectuó viajando el que escribe como enviado especial a la Cumbre de Estados-Isla en Mauricio, donde obtuvimos simpatías que más tarde en Nueva York se convirtieron en apoyos concretos. También, el --en ese entonces-- secretario de Política Exterior --actual canciller-- Óscar Maúrtua viajó como enviado especial a Bahamas, donde se reunió con los cancilleres de las islas del Caribe (Caricom) y logró el apoyo abrumador de ellos."
Al respecto, quiero indicar el interés de nuestra política exterior por la protección del medio ambiente. En ese sentido, la presencia del Perú en el Consejo de Seguridad augura que se pueda considerar este tema como un punto importante que necesita una rápida solución dentro de la agenda de las Naciones Unidas, pues es conocido que los problemas del cambio climático, la contaminación ambiental, entre otros, no sólo son problemas que afectan al Perú, sino a la Tierra entera.
Queda entonces en la capacidad de nuestros diplomáticos, quienes ya demostraron ser en muchas ocasiones profesionales muy capaces que brindaron grandes satisfacciones al país, que el tema del medio ambiente obtenga gran interés en las agendas de todos los países del mundo, para obtener soluciones rápidas y eficaces, necesarias para proteger la vida en el planeta y nuestra propia existencia.